Contexto local:

Ruanda es un país de 26.338 km², uno de los estados más pequeños de África con un clima templado y húmedo. El relieve es particularmente montañoso ya que todo el país se encuentra a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar y la mitad de su área total se extiende entre 1.500 y 2.000 msnm. La mayoría de la población vive en regiones de altitud media; este es “el país de las mil colinas». Ruanda limita al oeste con la República Democrática del Congo, al norte con Uganda, al este con Tanzania y al sur con Burundi.       

 Al ser un país con pocos recursos naturales, Ruanda basó su desarrollo en una economía agrícola. La tierra es fértil y la agricultura, que aún prospera, depende en gran medida de las fluctuaciones de los precios internacionales. 

Ruanda es un país que ha tenido que sobreponerse a uno de los episodios más dramáticos de la historia reciente, el genocidio de 1994. La noche del 6 de abril, el presente y el futuro de los ruandeses cambiaría para siempre.  El FPR (Frente Patriótico Ruandés) dio un golpe de estado, imponiendo la violencia como método de asentarse en el poder, miles de personas de las etnias tutsi y hutu fueron asesinadas en los pueblos y aldeas. Quienes lograron huir hacia Zaire, hoy República Democrática del Congo, enfrentaron las consecuencias de la guerra: hambre, brotes de enfermedades como disentería, cólera y meningitis debido a las condiciones infrahumanas de los campos de refugiados.  Se calcula que estos 100 días de terror, diezmaron la población entre un 20% y un 40%. (1).

 A pesar del progreso que ha tenido el país en los últimos veinte años en materias económicas para la recuperación de la aguda crisis humanitaria vivida en el año 1994, al día de hoy hay muchas personas que carecen de condiciones mínimas para cubrir sus necesidades básicas. 

El proyecto: 

La Escuela Primaria Saint François Coll enfrenta un gran desafío en su labor ya que garantizar el acceso y la permanencia de los estudiantes en los centros educativos en contextos vulnerables se hace cuesta arriba. Además de dar educación integral, el centro debe mantener servicios e instalaciones adecuadas para garantizar que los niños y niñas que acuden diariamente reciben una atención de calidad. Por ley, todos los centros educativos del país deben ofrecer al menos una comida a los estudiantes, la escuela de Ruli al tener unos recursos limitados, no ha podido actualizar y completar la cocina con el equipamiento necesario para responder a las exigencias sanitarias y preparar la comida de los estudiantes en un entorno adecuado.

Este proyecto mejorará la calidad de vida de 500 estudiantes de primaria.

  1. Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/04/02/album/1554217272_428255.html#foto_gal_1
  2. Fuente: http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2019_overview_-_spanish.pdf
  3. Fuente: https://datos.bancomundial.org/pais/rwanda